La Juventud Escolapia de Aracaju y el Centro Social Santa Teresinha y São José de Calasanz (Itaka-Escolapios Aracaju) realizaron en enero el 2º Campamento de Vacaciones. El objetivo de la Colonia de Vacaciones fue ofrecer a los jóvenes y niños un espacio de recreación y diversión; proponer acciones para ejercer el protagonismo juvenil; acercar a los jóvenes a la realidad de nuestro Centro Social; ejercer el voluntariado escolapio; mejorar habilidades; y recoger lo que Dios comunica a cada persona a través de esta experiencia.
La propuesta fue ofrecer a los chicos del Centro Social un espacio para convivir y estrechar lazos durante este mes de vacaciones con mucha alegría, juegos, talleres y momentos de diversión y ocio. Para los jóvenes de los Escolapios, fue una oportunidad de aprovechar sus vacaciones de forma útil, siendo voluntarios como monitores en el campamento, planeando y orientando actividades con los niños y realizando lo que Dios toca en sus corazones.
El joven Felipe Gabriel, monitor del campamento por segunda vez, afirma: "Cuidar, querer y divertirme con los niños es lo que más me gusta. Además de preparar los días para los niños, la Colonia de Vacaciones nos enseña a ayudar a los que nos rodean, como mis amigos monitores, por ejemplo. Además, estar con los niños nos refuerza en que debemos ser como ellos, en pureza, amor, alegría y convivencia. En eso consiste participar en la Colonia de Vacaciones: en amar, sentir y vivir".
Para el joven Jonas Gabriel, que también ha participado en esta experiencia por segunda vez, el contacto directo con los niños a través de las actividades ha sido muy especial: "Me gusta estar con los niños. Es lindo sentir su cariño y alegría, tener esta rutina de estar con ellos es muy bueno".
Para el joven Jeferson, que el año pasado ayudó a ratos y este año ha participado como monitor completo, el campamento ha sido una experiencia única: "Participar en la colonia de vacaciones ha sido una gran experiencia para mi vida y para mis sueños. Me apunté con la intención de adquirir experiencia como monitora y ayudar en mi sueño de hacer ver a los niños que no sólo son el futuro, sino también el presente. Pero creo que me equivoqué... Gané algo más que experiencia. Aprendí que los niños tienen amor y afecto. Pensarás que estoy diciendo una obviedad, sí, estoy de acuerdo. Pero lo aprendí en la práctica. También aprendí que no tenemos el control sobre todo, y que a veces las cosas se nos van de las manos. Lo último que quiero decir es que... Ellos son nuestro presente y nuestro futuro, pero nosotros somos espejos para ellos. Recibir un abrazo de un niño que te dice que le gustas no es sólo cuestión de palabras. Así que para mí es un gran aprendizaje para la vida. Ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos.
Que San José de Calasanz siga cuidando, acompañando e intercediendo por todos los niños y jóvenes que participan en esta enriquecedora experiencia.
Pe. Heyder Vieira da Conceição, Sch.P.
